El proceso de apilar, cargar y asegurar grandes cantidades de mercancías en un palé, con la finalidad de almacenarlas o transportarlas de forma segura, es una tarea intrínseca de la industria. Se calcula que en todo el mundo existen cerca de 2.000 M de palés en uso, y se producen alrededor de 500 M nuevos cada año. Gracias a ellos el mundo se mantiene alimentado, entretenido y, en definitiva, proveído. Pero, claro, los palés no se apilan solos.
En realidad, en el mundo hay cerca de 250.000 personas que realizan tareas de paletizado. Es decir, que se agachan, se levantan y cargan con pesos pesados durante horas y horas. A largo plazo, eso puede generar daños musculoesqueléticos. En España, según datos del Ministerio de Trabajo, el 83% de los partes de enfermedad profesional y el 30% de los accidentes laborales están provocados por posturas forzadas y movimientos repetitivos.
Según Setia Hermawati, investigadora sénior de la Universidad de Nottingham, hay tres motivos: 1) la fuerza empleada en el paletizado manual para levantar, bajar, empujar y transportar cajas ha demostrado causar afectaciones musculares acumulativas; 2) repetir las mismas acciones una y otra vez durante todo el turno de trabajo genera tensión y fatiga, aunque los artículos manipulados sean ligeros; 3) el paletizado lleva a las articulaciones más allá de su posición natural e implican la curvatura del torso y la inclinación hacia delante.
Frente a esto, automatizar los procesos de paletizado puede aliviar a los trabajadores, reducir la fatiga y mejorar el bienestar general. No solo les permite minimizar los riesgos laborales, sino que también les ayuda a centrarse en tareas más adecuadas a sus habilidades, como el control de calidad.
Un ejemplo lo encontramos en el laboratorio español RNB Cosméticos. La empresa integró en su planta de envasado y acondicionado seis brazos robóticos 'UR10' de Universal Robots para efectuar tareas de paletizado de final de línea. Los cobots colaboran con los operarios en el mismo espacio de trabajo y han liberado a los trabajadores de tareas incómodas, repetitivas y poco ergonómicas que suponían cargar con paquetes de siete kilos. Además, ha sido la plantilla existente la que se ha hecho experta en esta tecnología, incrementando su nivel de competencias.
De hecho, los robots colaborativos (cobots) están diseñados para trabajar junto a las personas, no para reemplazarlas. Tras una pequeña formación, el equipo de una empresa puede diseñar, implementar y monitorear soluciones de paletizado automatizadas. En la medida en que asumen roles más complejos, progresan profesionalmente. Además, los trabajadores que tienen un propósito disfrutan más de sus labores y la fuga de talento se reduce. Este no es un tema baladí, teniendo en cuenta que el mercado laboral en España tiene cerca de 100.000 vacantes, especialmente en profesiones técnicas.
Además de proteger el bienestar de los trabajadores, los robots colaborativos también han demostrado ser capaces de incrementar la productividad. Se calcula que pueden trabajar sin parar durante un mínimo de 35.000 horas, lo que equivale a cuatro años de trabajo las 24 horas del día, siete días a la semana. Han eliminado la brecha de competitividad entre las grandes compañías y las pymes, ya que permiten a las pequeñas empresas automatizar sus sistemas de paletizado sin grandes inversiones y sin tener que vallar su espacio de trabajo.
Como conclusión, podemos decir que los cobots son especialmente buenos haciendo tareas repetitivas y tediosas. Automatizar procesos de paletizado es también una forma de pensar en los trabajadores, en su salud y en su bienestar. ¡Dejemos que los cobots hagan el trabajo pesado!